domingo, 2 de julio de 2017

Diario de una investigación (XXI): Semana del 26 al 30 de Junio. Última semana en Jaén


Arjona y sus olivares en la actualidad

El lunes 26 por la mañana terminé –y ya era hora– en el Archivo de la Real Chancillería de Granada el pleito entre los curtidores y zapateros de Jaén. Un documento que me va a dar mucho juego como ya he dicho en otras entradas y que ilustra perfectamente lo que ocurrió en el mundo del cuero en Jaén a finales del siglo XVI. El resto de la mañana la dediqué a varios pleitos de los Terrones de Andújar y los Valverde de Arjona.

El martes 27 por la tarde visité el Diocesano de Jaén donde seguí consultando las capellanías de Arjona. Entre ellas encontré la capellanía de don Lope de Valverde Aguilar individuo que según sus vecinos era “el más acaudalado y poderoso de esta villa”. Esta capellanía estaba anexa a los mayorazgos de los Valverde y sus poseedores eran patronos de la misma. Cuando fue fundada a mediados del siglo XVIII el bien más preciado de la familia era el cortijo de Mohapelo –Moapelo, Mojapelo o Mudapelo en otros documentos– entonces con 142 fanegas de tierra que formaba parte del mayorazgo fundado en 1631 por doña Mayor de Valverde. Hoy en día continúa en poder de los descendientes de los Valverde.

El cortijo de Mohapelo en Arjona en la actualidad

El día 28 quise profundizar en la documentación notarial de Arjona. Encontré varios testamentos de los Valverde, alguno de ellos muy curioso al ser mancomunado entre don Lope y sus hijos don Miguel Bonoso y don Salvador. Algo nada habitual. Pero la mañana en el archivo se vio alterada por la resolución de los contratos de investigación del MINECO Juan de la Cierva-Incorporación. ¡Yo había obtenido uno de ellos en la Universidad de Córdoba!. Pasé más tiempo en el magnífico claustro del archivo recibiendo y enviando llamadas que delante de los legajos. Se trataba de una ocasión especial; cosas como estas pasan muy pocas veces en la vida.

El jueves 29 por la mañana un documento muy interesante: la dote de doña Josefa Recio Chacón Valverde con el granadino don Antonio Pérez de Herrasti Enríquez de Navarra por un valor total de casi 850.000 reales, una cantidad extraordinaria. Una buena parte de estos bienes eran olivares nuevos en Arjona, Arjonilla y Escañuela. Poco a poco se iba ampliando la extensión olivarera de estas familias arjoneras que llegarían hasta las 2.500 hectáreas de “olivas” a finales del siglo XIX.

Esa misma tarde en el Diocesano terminé las capellanías de los Valverde y pasé a ver las de los Molina Valenzuela de Úbeda. Esta familia a mediados del siglo XVI estuvo involucrada en la tala y transporte de madera por el río Guadalquivir desde las sierras de Jaén hasta Córdoba y Sevilla.  Poco después algunos miembros entraron en el brazo eclesiástico y crearon una red entre Castilla y Roma que traficaba con beneficios eclesiásticos, dispensas, bulas, etc. Los Molina fundaron ricos mayorazgos, adquirieron el señorío de Allozar y tuvieron una capilla en la colegiata ubetense. La última Molina casó con el marqués de Vezmiliana –un Muñoz de Loaysa de Ciudad Real– y sus bienes pasaron más tarde a los Orozco y los Medinilla de Úbeda.

El viernes 30 nuevos documentos de los descendientes de la familia Valverde. El testamento y partición de bienes de don Fernando María Contreras Aranda; la partición de bienes de su mujer doña Rita Pérez de Herrasti Recio Chacón –entre los que destacan los cortijos de Corbul y Santiago ambos en Arjona–; y referencias a la partición en Granada de la madre de esta, doña Josefa Recio Chacón Valverde. Esta última heredó todos los bienes de los Valverde tras la muerte de su hermana doña Vicenta, marquesa consorte de Alhendín y de su tía doña Isabel, hija mayor de su abuelo don Miguel Bonoso y heredera de sus mayorazgos. Puede tratarse de unos 35 millones de reales a mediados del siglo XIX. Son cifras estratosféricas.

Y con la consulta de estos documentos terminaba mi investigación en los archivos de Jaén. Una andadura de más de seis meses entre papeles polvorientos llenos de Historia económica. A partir de ahora el proyecto continuará en los archivos de Granada.

Hasta la próxima entrada!




domingo, 25 de junio de 2017

Diario de una investigación (XX): Semana del 19 al 23 de Junio


Arjona en la actualidad

El 20 de Junio proseguí consultando los protocolos de las compras de cordobán giennense con destino al mercado portugués. Estoy dedicando mucho tiempo a este elemento de la economía del Santo Reino, pero creo que es el que va a conseguir los mejores resultados y donde la investigación va a ser más fructífera.

Por la tarde en el diocesano trabajé las capellanías y expedientes matrimoniales de Arjona con la idea de recabar información sobre una familia que alcanzó gran desarrollo económico en el siglo XVIII seguramente por la producción del aceite de oliva: los Valverde. Una señora de este linaje de nombre Juana de Valverde fundó una capellanía llamando alternativamente a miembros de su familia y de la de su marido Luis de Torquemada. Una media docena de pleitos se conservan con abundante documentación genealógica. 

El 21 de Junio por la mañana más noticias sobre las compras de cordobanes por parte del guadamecilero lisboeta. Parece que también compró badanas –el cuero de las ovejas– en grandes cantidades. Más datos sobre los mercaderes de corambre que lo abastecían me van a permitir redondear este aspecto de mi proyecto.

Por la tarde en el Diocesano continué con los Valverde. Los pleitos de la capellanía de Juana de Valverde me permitieron reconstruir los entronques con otras familias de la oligarquía local como los Jabalera, Soto, Carvajal, Vicaría, Tálero, etc. El último varón de esta familia llamado don Miguel Bonoso Valverde Vicaría llegó a acumular un patrimonio cercano a las 2.000 hectáreas en Arjona y su comarca en la mayoría de los casos de olivares.

El 22 de junio en Granada continué con el pleito entre zapateros y curtidores en el Archivo de la Real Chancillería de Granada. Es un documento muy extenso y con testimonios de altísimo interés para todo lo relacionado con el comercio del cuero, no solo en Jaén sino en Castilla. Los jueces introducen preguntas sobre la tradición del curtido de los cueros comparando los usos de Jaén con los de otros lugares como Córdoba, Sevilla o Granada. 

Fregenal de la Sierra en la actualidad

Para mi sorpresa incluso se llegan a describir Fregenal y en menor medida Llerena –ambas en Badajoz– como las poblaciones con mayor desarrollo del curtido y procesado del cuero en Castilla. Y los testigos sabían de que hablaban porque participaban de dicho proceso económico. Así, Francisco Masera, vecino de Jaén y tratante de corambre de Fregenal, Llerena y Zafra, lugares "donde hay mucha cantidad y trato dello mucha cantidad más que en esta ciudad". Gregorio Martínez, por su parte, no dudaba en aseverar que “sabe que en la villa de Fregenal donde es el mayor trato e mejores de corambres que hay en toda España e donde hay muchas tenerías” también los zapateros daban a curtir corambres a los curtidores. Por último, Andrés Hidalgo afirmaba que en Fregenal había en estos años 55 tenerías, un número extraordinario. Tampoco conseguí terminar este día este interminable pleito; espero hacerlo la semana que viene. 


Hasta la próxima entrada!

domingo, 18 de junio de 2017

Diario de una investigación (XIX): Semana del 12 al 16 de Junio

Cuero curtido en un protocolo notarial del Archivo Histórico Provincial de Jaén

El lunes 12 comencé la semana visitando el Archivo de la Real Chancillería de Granada. Seguía buscando información sobre “tenerías” y “corambre”. Encontré un pleito –a mi entender fundamental para mi proyecto– entre los zapateros y los curtidores de Jaén. En un expediente voluminoso se ponía de manifiesto que en las últimas décadas del siglo XVI algunos zapateros se habían saltado las ordenanzas municipales y habían “puenteado” a los curtidores, apropiándose de las fases del trabajo del cuero propias de los segundos. Los curtidores, efectivamente, acusaban a los zapateros de comprar las pieles y curtirlas por su cuenta, utilizando materiales baratos para reducir los costes. Lo más interesante es que se da una lista de estos zapateros “rebeldes” que tenían cámaras en las tenerías de Jaén y que ya no necesitaban de los servicios de los curtidores. ¿Quiénes eran? Pues los que serían los mercaderes de corambre más destacados en las décadas siguientes o sus padres, entre ellos Martín López de Alcaudete y Pedro de Villanueva, seguramente el padre de Gabriel de Villanueva.  

 Esta ruptura del orden jerárquico gremial es típico del verlag system o domestic system donde los mercaderes-hacedores o verlegers controlaban todos los pasos del proceso productivo y comercial escapando de las rígidas normativas gremiales. No terminé de analizar todo el documento, aunque quiero volver a él en los próximos días. Todo apunta a que algo estaba cambiando en el mundo del cuero en Jaén a finales del siglo XVI.

El resto de la semana, de nuevo, doblete entre el Archivo Histórico Provincial y el Diocesano. El martes 13 encontré la fundación de la capellanía de Bernabé Martínez de Alcázar, elemento interesante para dilucidar la genealogía de esta familia tan vinculada al mundo de la producción y el comercio del cuero giennense.

Por la tarde, en el diocesano consulté la documentación de la capellanía fundada por su mujer Catalina Alonso Carrasco. El documento fundacional es extraordinario. Parece que fue redactado en casa del hermano de la dicha sin el consentimiento de su marido. Enumera toda una serie de actuaciones de Martínez de Alcázar regalando bienes a sus amigos y familiares, bienes gananciales y, por tanto, también propiedad de Catalina. Pero para nuestro interés debemos traer aquí una cláusula:

“que por el año de 76 el dicho Rodrigo Alonso Carrasco mi hermano entró en mi casa  [y] dio al dicho mi marido 100 ducados en reales que tenia en poder del dicho Juan García de Agreda y el dicho mi marido lo recibió y tuvo en su poder y el dicho mi hermano solicito y anduvo siete años en el trato de la corambre ayudando al dicho mi marido y al cabo de ellos se casó el dicho mi hermano y solo se le dio en este tiempo la comida y no más”

Dicho documento vincula tanto familiar como laboralmente a dos de los más importantes mercaderes de corambres de finales del siglo XVI: Bernabé Martínez de Alcázar y su cuñado –y agente– Rodrigo Alonso Carrasco.

El resto del documento nos enseña la familia de Catalina y su genealogía. El texto termina de manera abrupta cuando Bernabé Martínez de Alcázar se presenta en la casa de su cuñado y consigue que Catalina revoque el documento. Pleitos posteriores validarían esta fundación “clandestina” de Catalina Alonso Carrasco.

El miércoles 14 por la mañana encontré el testamento del jurado Bernabé Martínez de Alcázar, pero para mi desgracia, con muy pocas referencias a su actividad mercantil. El resto de la mañana lo empleé en consultar más protocolos de Melchor Gutiérrez con nuevos documentos otorgados por Juan de Palma y el citado Bernabé Martínez. En el Diocesano terminé de consultar el expediente de la capellanía de Catalina Alonso. Pese a todo, la disfrutaron los descendientes de la familia de su esposo. Éste consiguió que otorgara un testamento donde lo nombraba a él como patrón dejando en papel mojado su testamento previo.

El jueves 15 buscando el segundo testamento de Catalina Alonso me encuentro con un documento sorprendente. Se trata de un encargo de cordobanes de un guadamecilero de Lisboa residente en la calle de los Doradores a Bernabé Martínez de Alcázar: nada menos que 106 docenas de cordobanes por un valor de algo más de 2.000 ducados. La cosa se pone interesante cuando encuentro contratos similares con los mercaderes Juan de Palma Montañés y el mismo portugués. ¡Buena parte del cuero curtido de Jaén terminó en Lisboa!. Allí sería transformado en "couro dourado" por los guadamecileros portugueses. Pero es que Lisboa a finales del siglo XVI era el equivalente a Sevilla, el gran puerto del emporio comercial portugués. Estos cueros giennenses pudieron terminar en Brasil, Goa, Macao, Amsterdam...


Paredes decoradas de guadameciles o "couro dourado" en un cuadro de Pieter de Hooch (s. XVII)


La Rua dos Douradores de Lisboa en la actualidad

 Por la tarde, en el Diocesano, terminé de ver la capellanía de Cristóbal Ruiz de Alcázar. El resto de la tarde fue infructuosa en las capellanías y expedientes matrimoniales de Alcalá la Real.

El viernes 16 revisé los índices del escribano del día anterior buscando más referencias al guadamecilero de Lisboa. Decenas de documentos de encargos lisboetas a media docena de mercaderes de corambre de Jaén llenan las páginas de este escribano. Entre los documentos un poder del guadamecilero por 2.000 docenas de cordobanes curtidos de zumaque por un valor de más de 40.000 ducados, una cantidad extraordinaria. Otros documentos hablan de compras similares en Córdoba, Sevilla o Granada a través de agentes judeoconversos –“marranos”– portugueses como Jorge Enriques. Una gran red comercial que traficaba con el cuero curtido castellano a finales del siglo XVI y principios del XVII empieza a aparecer ante nuestros ojos.


Hasta la próxima entrada!

sábado, 10 de junio de 2017

Diario de una investigación (XVIII): Semana del 5 al 9 de Junio















De vuelta con el cuero. Las tenerías de Fez en la actualidad

Entrando en el mes de junio, último mes de mi investigación en Jaén, llega el momento de focalizar nuestra investigación en aquellas líneas que puedan resultar de mayor interés. Por otra parte, pese a haber terminado la docencia, esta semana he necesitado bastante tiempo para corregir exámenes y trabajos, además de otros temas burocráticos, por lo que después de un lunes intensivo en Jaén pasé el resto de la semana en Granada.

El día 5 por la mañana en el Provincial –acompañado por Ángel Ruiz Gálvez de la Universidad de Murcia que estuvo investigando este día en Jaén– continué con el escribano Melchor Gutiérrez. Como ya he dicho en entradas anteriores, es un escribano que trabaja con mercaderes de corambre del barrio de la Magdalena. Las redes de abastecimiento de pieles o zumaque y de venta de cordobanes van creciendo con la información que contienen estos protocolos año a año. 

El día 5 por la tarde en el Archivo Diocesano continué leyendo el extenso expediente de la capellanía de Bartolomé Martínez de Alcázar. Los diferentes candidatos a la misma presentan sus genealogías ayudándonos a reconstruir parcialmente el linaje. El mercader no tuvo descendencia de Catalina Alonso Carrasco dejando sus bienes a sus hermanos y sobrinos. Si comparamos a los Alcázar con los Terrones vemos que, el ascenso social en el caso de los primeros prácticamente es nulo si lo comparamos con el éxito nobiliario de los segundos. Partiendo del mismo origen –la mesocracia del mundo del cuero– los primeros no salen prácticamente de ella y los segundos, si bien tras la feminización del linaje, llegan a la nobleza titulada. Pero faltan por analizar muchos elementos de discusión. La riqueza alcanzada, el papel jugado por los parientes religiosos de los Terrones –canónigos y un obispo– y la actuación individual de algunos miembros del linaje como don Antonio Terrones de Robles, referente oligárquico de las facciones de Andújar, además de historiador y cronista. Una primera impresión me lleva a pensar que en el caso de los Martínez de Alcázar el comienzo pudo ser aún más potente que en los Terrones, pero no tuvo continuación en las primeras décadas del siglo XVII, donde las estrategias del ascenso social –compra de oficios y de hábitos militares, fundación de mayorazgos– se podían llevar a cabo con mayor facilidad. Tampoco conocemos de la misma manera los dos linajes: de los Terrones-Albarracín sabemos casi todo; mientras que de los Alcázar solo conocemos las líneas que se oponen a una capellanía, casi siempre lineas secundarias y pauperizadas, no sabemos si existió una línea principal que acumuló los bienes y el prestigio. En cualquier caso, esta comparativa puede dar mucho juego de cara a entender este tipo de procesos. 

El día 9 visité el Archivo de la Real Chancilleria de Granada. Hace unos meses realicé una búsqueda en los catálogos online de dicho archivo. 


Encontrando unas veinte referencias a la búsqueda "tenería" y un número similar para la palabra "corambre". Este viernes consulté aquellas entradas de Jaén relativas al "corambre" aunque de periodos distintos al del estudio.

Uno de ellos de 1524 presenta el conflicto entre Diego de Córdova y Alonso de Albín por el pago de las alcabalas de la venta de cueros. Es una pena no poder contar con documentación seriada de esta renta pues podría darnos mucha información sobre la producción de cueros. 

Otro pleito en 1544, un pleito por la propiedad de unos cueros nos informa del comercio entre Martos y Jaén. Queda claro que los mercaderes-curtidores de Jaén controlaban la producción de cueros de casi todo el reino. La manera de llevar a cabo este control era por medio de contratos con los obligados de las carnicerías de las diversas poblaciones. Estos se obligaban a entregar las pieles "caídas" de los animales sacrificados y enviarlas a Jaén. De nuevo, las mismas familias: Diego Fernández de Albín, Cristóbal de Cazorla.

Estas estrategias desbordaron el Santo Reino y podemos encontrar contratos con responsables de las carnicerías de Caravaca, Mula, Hellín o Lorca (reino de Murcia) o de Huéscar (Granada). A esto se unen los poderes otorgados por los mercaderes de corambre a sus agentes para comprar pieles en otros lugares distantes como Sevilla o Fregenal. Había que abastecer la máquina productora de cueros curtidos que era Jaén. Más corambre, es la guerra! Al final de mi investigación confeccionaré mapas para representar el radio de acción de los mercaderes de cueros de Jaén que pondrán de manifiesto hasta qué punto fue extraordinaria esta industria en el Santo Reino. De momento, un anticipo, ya incompleto tras mis últimas investigaciones: las ventas de cordobanes y cuero vacuno para suelas (en rojo);  compras de cueros (en amarillo) y zumaque (en verde) de la compañía de Bernabé Martínez de Alcazar. 



Hasta la próxima entrada!

domingo, 4 de junio de 2017

Diario de una investigación (XVII): Semana del 29 de Mayo al 2 de Junio

                
Una imagen de la catedral gótica de Tours



La semana ha estado marcada por el congreso internacional "Third International Conference on Food History and Cultures" que ha tenido lugar los días 1 y 2 de junio en la ciudad francesa de Tours. Se trata de un gran evento dentro de los estudios de Historia de la Comida contando con más de 200 participantes de una veintena de nacionalidades. 

Tras viajar en avión desde Málaga a Nantes y luego en TGV el día 31 de mayo por la tarde llegué a la ciudad de Tours, a las orillas del río Loira. Por la noche cené con el profesor de la Universidad de Córdoba, Luis Salas Almela, que también participaba en el congreso. 

Ya el día uno asistimos a la inaguración de las jornadas en la Universidad François Rabelais de Tours.


Presentación del congreso en la Universidad François Rabelais de Tours

Tras asistir a varias sesiones por la mañana en torno a aspectos de la nutrición y la asistencia médica recogí al profesor de la Universidad de Sevilla, Rafael Pérez García en la estación de tren. Por la tarde tuvimos una recepción en la sede del IEHCA (Institut Européen d'Histoire et des Cultures de l'Alimentation), la villa Rabelais, donde degustamos vinos locales y una cena bufet. 


La Ville Rabelais en Tours y los asistentes al congreso


El día 2 por la mañana comenzaron las sesiones Food and Trade in Early Modern Spain de las que he sido organizador. En la primera de ellas el profesor Salas Almela habló detalladamente de la participación de los duques de Medina Sidonia en la pesca y procesado del atún. A continuación presenté un estudio sobre el comercio del atún salado del Algarve portugués y la costa gaditana hacia Italia a finales del siglo XVI. 

El autor de este blog presentando las sesiones "Food and Trade in Early Modern Spain" acompañado del profesor Salas Almela

Acto seguido se relataron las ponencias de los profesores Florido y Zambernardi sobre la pesca actual del atún en las almadrabas del sur de España. Despues de la comida la tercera de las sesiones dedicada al comercio del trigo en Sevilla en relación con las crisis de subsistencia y a los hornos de pan de Mallorca a cargo de los profesores Pérez García y Garí Pallicer.


El profesor Pérez García desarrollando su ponencia sobre el comercio del trigo en la Sevilla de la Edad Moderna y Miguel Garí tomando nota.

Por la tarde nuevas sesiones sobre comida judía y judeoconversa precedieron la conferencia de clausura que puso punto final al congreso.

Hasta la próxima entrada!

domingo, 28 de mayo de 2017

Diario de una investigación (XVI): Semana del 22 al 26 de Mayo


La catedral de Jaén, sede del Archivo Histórico Diocesano de Jaén

Ya sin las obligaciones de la docencia, esta semana he hecho "doblete" varios días en el Archivo Histórico Provincial y en el Archivo Histórico Diocesano. En este último  he consultado esta semana dos secciones nuevas: expedientes matrimoniales y capellanías.

Además, el lunes 22 por la mañana –antes de viajar a Jaén– visité el Archivo de la Real Chancillería de Granada. Quise consultar los pleitos de la familia Terrones, recordemos descendientes de Antón Terrones, activo mercader de corambre a finales del XVI en Jaén.

En 1619 el hijo del mercader, don Antonio Terrones de Robles –regidor de Andújar y futuro cronista local– tiene una serie de pleitos por ciertos episodios de violencia con otros oligarcas de la ciudad como don Fernando y don Juan Pérez de Vargas. Las élites nobiliarias durante toda la Edad Moderna pero especialmente durante el siglo XVII estuvieron inmersas en luchas de facciones, llamadas banderías o emulaciones. Generalmente varias familias o parentelas formaban un grupo o cuadrilla y se enfrentaban violentamente al grupo rival. Sabemos que los episodios de 1619 no fueron los únicos, ya que en 1632, don Antonio –integrado en la facción de los Quero– sería herido por don Antonio de Cárdenas gracias a los trabajos de Elizabeth Balancy sobre la violencia en Andalucía. 

Al parecer ciertas pruebas de nobleza ganadas por don Antonio no fueron aceptadas por sus enemigos, seguramente conocedores del origen plebeyo y artesano de los Terrones. La documentación consultada hace referencia a esta situación que nos informa de lo ambiguo del estatus nobiliario en el siglo XVII. 

En estas probanzas encontramos que la genealogía que aporta don Antonio –seguramente en respuesta a rumores en torno a su origen humilde– no concuerda con la genealogía que obtenemos de protocolos notariales previos. En primer lugar añaden el don a su madre Ana de Miranda y modifican el nombre y apellidos de su abuela paterna ahora Juan López de Párraga y en los protocolos Catalina Ramírez Blanco. Mantienen, sin embargo, el nombre de su abuelo Francisco Terrones, que un testigo dirá que fue "obligado de las carnicerías de Andújar durante diez años" añadiendo que se trata de un oficio honrado. En mi opinión este oficio era incompatible con la nobleza que su nieto llegó a conseguir.

Aún más curiosa es la afirmación de algunos testigos pecheros que llegarán a declarar al tratar de responder la pregunta octava de la probanza que “en la ciudad de Jaén no se tiene por trato humilde tratar en corambre sino por muy honroso y que lo tienen por trato y granjería hombres muy honrados e hijosdalgos de la dicha ciudad”. Curiosamente los testigos hidalgos –don Alonso de Piédrola y don Alonso Serrano de Piédrola, don Alonso de Lucena Escavias y don Alonso Quero de Escavias– optarán por ignorar tal pregunta y afirmación.


Vista de Andújar por Pier Maria Baldi. 1668.

Otros pleitos de la Chancillería, ya del siglo XVIII, nos dan referencias a los dos mayorazgos que fundó don Antonio, que se unieron al que ya disfrutaba fundado por Paula de Bago. Los mayorazgos se habían fundado sobre fincas con varias miles de "olivas" en Andújar, casas, bodegas, molinos, unas casas principales en la calle de Santa Marina, ricos censos y juros donados por el obispo de León y sus hermanos, primos de don Antonio, y especialmente dos oficios de regidor que al vincularlos los hizo perpetuos para que al menos dos de sus descendientes siempre tuvieran voz y voto en el cabildo iliturgitano. Sin duda una estrategia que explica el éxito de la familia en los años siguientes. 

Paralela a esta estrategia, el fraude y la invención de un pasado noble y una casa solar en las montañas de León, en el valle del Torío, con la usurpación del apellido Robles que unirán al plebeyo Terrones con gran escándalo "y murmuración" de las élites de la región. La elección de este lugar no fue casual: su primo don Francisco de Terrones fue el obispo de León entre 1607-1613.

El día 23 continué mi búsqueda sobre la familia Terrones de Andújar en los protocolos notariales, buscando el testamento de don Antonio, sin mucho éxito. Mejor me fue por la tarde en el Archivo Diocesano. Ya comenté en otra entrada el interés genealógico de los pleitos por mayorazgos y capellanías. En los Archivos diocesanos suele conservarse documentación sobre estas últimas, acerca del nombramiento de patronos o de nuevos capellanes. En el caso de Jaén, el fondo está organizado por poblaciones y apellidos, algo que facilita mucho la búsqueda. Rápidamente localicé en la documentación de Andújar la capellanía de don Antonio Terrones de Robles, canónigo de Toledo, primo hermano del cronista. En esta documentación aparece la fundación de una capellanía sobre la capilla mayor de la iglesia de San Bartolomé de Andújar, cuyo patronato estaba en manos de don Antonio por nombramiento de su primo el obispo. Algunas partidas de bautismo de la familia y de los pretendientes a capellanes me ayudaron a complementar la genealogía de los Terrones y sus descendientes los Albarracín.


Iglesia de San Bartolomé de Andújar donde tuvieron capilla los Terrones

Más tarde, opté por consultar los Expedientes Matrimoniales de parientes. En la Edad Moderna cuando se producía el enlace de dos parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o afinidad era necesario conseguir una dispensa de Roma. Los grados de consanguinidad los dan la relación de los contrayentes con un antepasado común. Así un matrimonio entre primos segundos (C33 o Cousin grado 3 grado 3) está a tres grados paralelos de los ascendientes comunes (los bisabuelos).
Árbol genealógico mostrando un parentesco C33 (primos segundos). La contrayente está a un grado de su padre, a dos de su abuelo y a tres de sus bisabuelos; el contrayente está a un grado de su madre, a dos de su abuela y a tres de sus bisabuelos.

En las catedrales se conservan estos expedientes que determinan el parentesco entre los contrayentes. Era más caro dispensar parentescos cercanos (tío-sobrina (C21) o primos hermanos (C22)) que los lejanos entre primos terceros (C33) o cuartos (C44). 

El parentesco de afinidad viene definido por el parentesco de uno de los contrayentes con el primer matrimonio de su cónyuge. Para que se de la afinidad se necesita que alguno de los contrayentes tenga un matrimonio previo. También hay que dispensarlo.

El marido está casando con la viuda de su primo segundo, por tanto los contrayentes tienen un tercer grado de afinidad.

Los expedientes llegan a representar árboles genealógicos muy rudimentarios para explicar los parentescos, a veces muy complejos debidos, por ejemplo, a la endogamia de las élites. Cuanto mayor sea el parentesco mejor para nosotros porque en un mismo expediente podemos obtener información de varios linajes. Dependiendo de la época los expedientes pueden aportar también las partidas de bautismo de los contrayentes y el testimonio de algunos testigos. 

Hay expediente matrimoniales donde no hay parentesco. En Jaén se definen en la documentación como "normales". No son tan ricos genealógicamente como los de parientes pero siempre nos pueden dar alguna información de interés.

El día 24, por la mañana continué buscando en los protocolos notariales el testamento de don Antonio Terrones, aunque finalmente opté por volver a los protocolos notariales de Jaén. Ha llegado el momento de explotar los escribanos con mayor contenido artesano o comercial y dejar las búsquedas genealógicas, que tanto tiempo me han llevado. Mi investigación está cercana a su final y hay que maximizar los resultados en protocolos. Así que volví a uno de los escribanos más interesantes para el estudio del comercio del cuero: Melchor Gutiérrez. 

Numerosas compra-ventas de cueros curtidos de zumaque y un documento clave: la compra de una buena partida de cueros vacunos de Indias –406– a dos zapateros de Sevilla por parte de varios potentes mercaderes de corambre como Francisco López de Almagro y Rodrigo Alonso Carrasco. Si, esta es la prueba que confirma, tal como predije en su momento, que en Jaén también se usaron cueros americanos para la artesanía local. Pero también de lugares cercanos. De nuevo el italiano de Huéscar, Daniel Quarteroni, aparece como abastecedor de pieles de cabrío –1200– en esta ocasión originarias de ganados de Huéscar y Caravaca.


Por la tarde, de nuevo en el Diocesano, continué con los expedientes matrimoniales de Andújar y Alcalá la Real. Ninguna sorpresa de mención.


Las galerías altas de la catedral de Jaén, muy cerca del archivo.

El día 25 consulté más protocolos de Melchor Gutiérrez para los años finales del siglo XVI. Nuevos nombres, el mismo cometido: el comercio del cuero. En algunos documentos los mercaderes de corambre compraban por adelantado las producciones de zumaque a sus dueños. Los sitios de Jabalcuz, Fuente la Zarza o Alberquilla aparecen como el origen de la mayor parte del zumaque jiennense. 

En el Diocesano opté por buscar varias capellanías vinculadas a los mercaderes de corambre. Por ejemplo la fundada por Bartolomé Martínez de Alcázar, que me dio bastante información sobre la rama de su hermano Cristóbal, jurado como él, de Jaén.

Hasta la próxima entrada!